Congreso Inside Pottery Día 3 2/2
- MonMtz
- 18 abr 2020
- 7 Min. de lectura
Segunda parte de las ponencias del sábado.
Mucha información muy valiosa.
¡Continuamos!
MAGDALENA MOSIG
¡Uy! Magdalena nos habló de un tema súper interesante que, personalmente, me muero por experimentar: Técnicas de Cocción Primitiva/Alternativa. Hubo mucha información, muchas preguntas y claro, mucha emoción y ganas de que los 45 minutos duraran mucho más. ¿Qué pasa cuando quemamos algo? De esta inquietud nace el interés por explorar más, fascinada por las marcas de humo que quedaban en las piezas en las quemas de leña. Caminamos muy rápido por el camino hasta su primer pieza de saggar, una que quemó en el asador de su casa, después de una carne asada. De ahí, no ha parado de aprender. Con Miguel Molet aprendió acerca de la tierra sigillata, "tierra sellada", cuyo uso es muy común en este tipo de quemas. Magdalena nos recomienda tomar tierra de distintas locaciones y hacer pruebas, nunca se sabe qué resultados y variaciones se pueden obtener.
El enfoque fue muy técnico. Uno de los aspectos en los que mas hizo énfasis fue en la importancia de la seguridad en este tipo de quemas. Se requiere el uso de guantes especiales, mascarilla para gases, lentes y peto de carnaza. Mencionó que las pastas de vaciado funcionan bien y que las piezas pueden utilizarse "desnudas" después del sancochado o tratarlas con 3 a 4 capas de terrasig previo al sancocho (que se hace de 800-850°C). El bruñido puede hacerse con un trapo, microfibra o piedra. Abajo dejo las fórmulas que compartió.
Acerca de los saggares, se pueden hacer de distintas formas: con papel aluminio, con una tela impregnada de barbotina, sujetada por alambres; en latas de aluminio. Los materiales que se utilizan dentro y/o fuera: sal de grano (no se puede utilizar en hornos eléctricos), algas marinas (las de sushi no le han funcionado 🙈), cáscaras de plátano, café, cáscaras de nuez, naranja seca, fibra de acero, clips y papel; pelo de caballo, perro, gato, humano; plumas, y sales solubles como carbonato de cobre, cloruro férrico, sulfato de cobre y cobalto diluido en agua. También se puede utilizar barbotina para hacer bloqueos y generar patrones en la superficie. Importante también recordar que estas piezas no funcionan para exterior pues el sol va borrando las marcas de humo.
En el bote hay que cuidar que el fuego sea uniforme para una combustión completa. Se puede utilizar cualquier tipo de madera excepto pino, ramas secas, aserrín, viruta de madera, paja, periódico... y es conveniente hacer agujeros por debajo para permitir la entrada de oxígeno. La quema debe durar de 2-3 horas a fuego fuerte. Magdalena recomienda llevar una bitácora muy detallada, tomar fotografías del antes y el después o utilizar la app Pottery Log para que sea más sencillo saber en qué momento hicimos qué cosas y cómo las pusimos para obtener resultados determinados.
Me queda claro que en este proceso hay que estar presentes al 100% en todo momento. Supongo que por eso son tan atractivas estas técnicas, pues fungen casi como un trabajo espiritual en el que hay que vaciarnos por completo.
Fórmulas:
Terra sigillata:
tierra 100 gr
agua 2 lt
defloculante 2 gr (recomienda hexametafosfato)
Pasta:
Ball clay 68%
Zacatecas fina 30%
Talco 2%

ALMA SAUCEDO
En su formación pedagógica Alma aprendió a cuestionar. Entre muchas cosas, cuestionaba a la educación misma, negándose a aceptar que la única opción fuera una educación "de banca". Por medio de performances, obras de teatro y otros recursos, exploraba seguía cuestionándose. Tiempo después tuvo un acercamiento a la cerámica que la llevó a inscribirse al grado de "técnico artesanal en cerámica". Entonces empezó a notar que el aprendizaje de la cerámica es completamente sensorial, al mismo tiempo que es lúdico: con el barro jugamos y el juego inevitablemente nos lleva a un aprendizaje. Al utilizar todos los sentidos, estamos presentes y el cuerpo empieza a aprender la forma de moverse para que el barro responda a él, al tiempo que él mismo responde al barro. Por lo tanto, llega a la conclusión de que la educación artística, especialmente la cerámica, transforma el pensamiento y puede llegar incluso a evitar conductas violentas.
Alma cree que la pedagogía y el arte tienen ejes de transversalidad, ambas permiten cultivar el espíritu y la mente, por lo tanto pueden complementarse. La aproximación se hace aplicando técnicas de pedagogía a la enseñanza de la cerámica; por ejemplo, tomando en cuenta los diferentes tipos de aprendizaje de cada alumno, siendo muy claros en los alcances del taller para que ellos puedan decidir si es lo que necesitan. "La cerámica es tan plástica en las manos como la mente" y podemos valernos de esta conexión para impulsar el autodescubrimiento del alumno. Otro consejo que nos regaló es siempre empezar por lo simple para ir avanzando a lo complejo.
Finalmente compartió con nosotros el plan de estudios de la Escuela de Artesanías, basado en la ideología pedagógica de la bauhaus.

LUKAS LUNA
¡El día de hoy tuvimos muchos aportes técnicos de mucha utilidad! La participación de Lukas fue otra que suscitó muchísimas dudas y gran interés: "Pastas Cerámicas: cuerpo, color y temperatura". Comenzó diciendo que México tiene una gran diversidad geológica, por ello se ha dado a la tarea de investigar y hacer pruebas con materias mexicanas y tierras locales. Las pastas son importantes porque representan la base del trabajo que vendrá después. Es muy importante, antes de cada proyecto, identificar las características específicas que necesitaremos para poder modificar el cuerpo y lograr el resultado deseado.
Las arcillas tienen una particularidad: la forma de sus partículas es laminar, configuración que permite flexibilidad de acción. Es decir, podemos combinarla con otros compuestos para conferirle distintas propiedades. Es el reto del ceramista encontrar la mezcla de materias primas que más le venga en ventaja. El triángulo base para la formulación de una pasta es el siguiente: un cuerpo arcilloso, que aportará la porosidad y plasticidad necesaria; un material fundente como los feldespatos; y un formador de vidrio, el sílice.
Entonces, ¿cómo escogemos?
Una de las principales cosas a tener en cuenta es la materia a la que tenemos acceso. En México contamos con ciertos materiales de fácil acceso. Los que Lukas utiliza más en su práctica son ball clay (OM4), arcilla zacatecas (fina), feldespato potásico, sílice y carbonato de calcio. No existe una regla específica. Dependiendo de lo que se busca de la pasta es que jugamos con los porcentajes. Sin embargo, sí recomienda ciertos porcentajes para pastas de alta temperatura:
Ball clay 60%
Arcilla Zacatecas 5-10%
Feldespato potásico 15%
Carbonato de calcio 10%
Sílice 10%
El sílice es el principal formador de vidrio. Conviene usarlo en el cuerpo ya que necesitamos receptividad al momento de añadir esmaltes. Sugiere, no utilizarlo en más de un 10% en bajas temperaturas porque el cuerpo se hace muy poroso. El carbonato de calcio se utiliza como un fundente secundario y no se recomienda su uso en más de un 10%, para baja temperatura es conveniente mantenerse por debajo del 5%. Su adición, tanto en pasta como esmalte, facilita la unión entre ambos. En cuanto a color, a pesar de que se puede pigmentar las pastas con óxido, Luka recomienda utilizar alternativas como los engobes ya que son más económicas. Como cierre, nos recordó que no hay cuerpos cerámicos mejores o peores, sólo más o menos convenientes para ciertas circunstancias; así como a ser conscientes de nuestro uso de los recursos (que no son renovables), buscando aprovecharlos al máximo y ahorrar lo más posible.
¡Gracias por la información y por regalarnos unos momentitos de música cerámica!

BARBARA AYALA
Bárbara empezó su ponencia definiéndose a sí misma como "una diseñadora industrial que dejó todo para convertirse en artesana". Fue una charla muy sensible en la que nos compartió todo el proceso interno, intelectual y emocional, que ha vivido dentro de la cerámica y que ha formado su filosofía de trabajo. Confiesa que constantemente se preguntaba ¿por qué a diferencia de otros ella sí se quedó en la cerámica?, ¿qué fue lo que encontró? Ella misma nos da la respuesta: "una maestra creadora de emociones"; "un material con un proceso autónomo de transformación que genera una energía en quien la trabaja". Me sorprendí y me movió mucho cuando nos confesó que la cerámica llegó a ella cuando estaba a punto de perder lo más grande que tenía, su mamá. Esa necesidad de transformación y de desapego, además de la capacidad de la cerámica para ofrecer nuevos comienzos y reinvención, la hicieron quedarse.
Como parte de su proceso personal, comenzó una bitácora emocional al mismo tiempo que se iniciaba en la cerámica. Empezó a notar como lo que escribía, inevitablemente se veía reflejado en su trabajo manual. Entonces señala que así suelen ser los primeros acercamientos en la mayoría de los casos; buscamos más bien relajarnos, un escape, expresarnos... La parte racional e intelectual se da después, cuando profundizamos en la parte teórica y vamos relacionando lo interno con lo que externamos. Esta aproximación a las piezas, Bárbara la denomina "piezas hechas a humano" cuyo valor se encuentra justamente en la combinación de los dos procesos.
Posteriormente tuvo un encuentro con el torno después de un primer intento fallido, en el que a través de la metodología tomó confianza y encontró su voz. Ahora ella es quien enseña a más personas a tornear. Lo interesante es que la experiencia previa le sirvió para desarrollar formas que integran todos los aspectos humanos en el aprendizaje. Bárbara está más interesada en utilizar la cerámica como un medio de transformación personal, en el que enseña a su alumnos el desprendimiento, la sensibilidad, la confianza, la colaboración, la sanación. Me gustó muchísimo una dinámica que compartió en la que toma todas las piezas del taller que salieron mal. Cada quien toma una y escribe algo que quiera dejar ir en la pieza para después estrellarla contra el piso. ¡Qué ganas de hacer esto! Inmediatemente se me vinieron a la mente todas esas cosas que quisiera dejar ir. Cerrando los ojos imaginé el crujido del vidrio en el suelo en cámara lenta y juro que pude sentir alivio. Terminada la dinámica, estas piezas pueden reutilizarse y darles un propósito nuevo, otro comienzo.
Me fascino ante las dimensiones tan profundas que podemos alcanzar a través de la cerámica. Al mismo tiempo, me abrumo pensando que en algo tan chiquito y tan cotidiano, puede caber algo tan grande (que a veces siento que no llego a comprenderlo del todo) y tan importante. Para finalizar, Bárbara nos regaló un pequeño cuestionario que podemos aplicar a cada pieza para analizar estos procesos con mayor detenimiento. Con cada una hay que preguntarse, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿qué?, ¿con quién?, detallar lo que observo dentro de mí en esta pieza en particular, ¿en qué va? (me aburre, me tensa, me relaja), ¿por qué la hago?...

Aquí terminamos. No sé ni qué más decir. Escribiendo esta última reseña siento que me queda pequeño mi intelecto. Estoy experimentando muchos pensamientos que aún (y menos a esta hora) no soy capaz de procesar. Se me antoja agarrar un pedacito de barro, sentirlo entre las manos, olerlo y no pensar en nada más. Entonces tal vez maravillada, me de cuenta de todo lo que simboliza esta pequeña bolita que tengo entre las manos y vuelva a caerme encima el peso mi insignificancia... ya mejor me voy a dormir.
¡Nos leemos mañana!
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