Diarios de Tapalpa: ¿el inicio del inicio?

*Este post lo comencé a escribir el viernes de la semana pasada pero quedó inconcluso, así que se divide en dos momentos.

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Viernes 30 de agosto:

Justo acabo de salir del taller hoy. El cielo se está nublando, parece que va a llover,🎵 (literal 😂) y con un poquito de tiempo libre por gastar antes de ir a cenar, se me antojó mucho escribir. No le he dado el seguimiento que hubiera querido al taller a través del blog. Creo que más bien me he enfocado en vivir el momento y sacar el máximo provecho que pueda. Los últimos fueron días muy movidos. Apenas hoy hubo un poco más de calma pero igual han pasado muchas cosas. Las piezas ya están en la quema final y todos estamos esperando con ansias el día de mañana para ver los resultados. Mientras tanto tuvimos la oportunidad de reflexionar acerca de lo que hemos vivido estas casi dos semanas como grupo e individualmente.

Ya hablaba en el post anterior de cómo esta experiencia ha sido increíble por muchos factores, pero hay cosas muy específicas que para mí han significado demasiado. Debo confesar que el primer día fue frustrante. Me sentía presionada, lenta, con muy poca habilidad en relación a mis compañeros para manejar el material. Dejé que las inseguridades salieran a flote y me dominaran un poco. Sin embargo, conforme los días fueron pasando me sentí con más confianza y libertad. Gran parte de esto (si no es que en su totalidad) se debió a Liu.Xi. Creo que vale mucho la pena hablar de ello porque si esta aventura ha sido lo que es, no es por su técnica o maestría con los materiales sino por la gran persona que es.

Me preguntaban en una pequeña entrevista que hicimos hoy qué pensaba acerca de ella como maestra. Lo primero que me salió responder es que ella ha sido más que eso. Luixita ha sido tan cercana, cariñosa, cálida, generosa, auténtica, conmovedora, familiar, y demás, que no se puede hablar solamente desde esa perspectiva. Tiene una sensibilidad impresionante para saber cómo llegar a cada persona. Sabe quién requiere más de su apoyo y de qué manera dárselo. Su sonrisa y buena actitud ante cualquier situación se contagia y admiro su profesionalismo. Basta con que te dé una palmadita en la espalda para desaparecer la presión de "hacerlo bien" y solamente disfrutar el proceso. Y eso, justo eso, es lo que yo necesitaba.

Liuxita y yo a la hora de la comida

No sé cómo lo hizo en tan poco tiempo, pero sin darme cuenta fue encontrando ciertos rasgos en mí y orientando mi trabajo en base a eso. Al principio pensé que le era un poco indiferente, después me di cuenta que era porque de alguna manera supo que podía lidiar con las cosas yo sola. Definitivamente hizo todo por sacarnos de la zona de confort y nos empujó a explorarnos. Creó el ambiente propicio para dejar que fluyera mi mente y la de cada una de mis compañeros. Terminé haciendo piezas con las que estoy muy contenta y a través de las que descubrí que puedo hacer cosas que no pensé que podía. Todos hicimos cosas hermosas y notamos en cada quien habilidades muy diferentes y puntos de vista muy particulares. Fuimos capaces de comunicar quiénes somos a través de la porcelana y eso fue lo más importante.

Hace un ratito tuve la oportunidad de agradecerle su calidez, cercanía y el habernos dado la libertad e inspiración para crear. Soy malísima para hacer este tipo de comentarios y más en público porque tiendo a ocultar mucho los sentimientos. Cuando intento expresarlos siempre me ganan y me dan ganas de llorar. Me sorprendí a mi misma de hacerlo firme y sin titubeo. Por insignificante que pueda parecer, para mí fue una señal de crecimiento y de reafirmación en mí misma: no tengo por qué tener miedo; puedo hacerlo y hacerlo bien. No tengo por qué saberlo todo. Estoy aprendiendo y voy a seguir aprendiendo toda la vida. No hay resultados buenos ni malos. Solo aquellos que te hacen sentir feliz y aquellos que no.

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Martes 3 de septiembre:

Hoy ya es martes. Apenas ayer regresé a mi casa después de toda la mañana de viaje. Los aeropuertos estaban hechos un desastre. Fue pesado pero me emociona estar de vuelta. Desde el momento en el que llegué he sentido una necesidad por moverme, hacer cosas, buscar qué sigue. Siento como dirían "a fire under my ass". No sé con certeza cuáles son los pasos a dar pero confío que mientras no deje de buscar, iré encontrando el rumbo. Me siento muy contenta por las dos semanas que pasé en un lugar tan bonito como Tapalpa, por las amistades que hice, las piezas en las que trabajé y por todo lo que aprendí.

Ahora a lo que sigue. Mañana mismo empiezo un segundo curso pero ahora en mi ciudad. Ya veremos cómo me va en este. Al final de cuentas (y si algo aprendí las últimas dos semanas) todo suma a su manera, lo bueno y lo malo. Y así como dijo Liu Xi, este sólo es el inicio del inicio. Vaya que lo es, para muchas cosas.

Quisiera cerrar diciendo que en este momento tengo el corazón lleno.

Gracias a todos los que sin saberlo han hecho que así sea.

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