Los primeros grandes pasos: rumbo a la ENC.
- MonMtz
- 9 ago 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 dic 2019
A poco más de una semana de tener que hacer maletas para partir a lo que será formalmente mi primer curso de cerámica, me encuentro aquí en "mi oficina" con un montón de cosas en la cabeza. Cuando las cosas se ven lejanas no se sienten tan reales pero cuando la fecha te viene tocando la puerta, no hay vuelta atrás. Preparada o no, tengo que saltar a lo desconocido. Sorprendentemente, no me siento abrumada. Tengo muchas ganas de emprender este viaje y de hacerlo con los brazos abiertos para abrazar cualquier cosa que traiga consigo.
Hace dos meses (¿o más? no recuerdo exactamente) me inscribí al curso organizado por la Escuela Nacional de Cerámica "El Oriente de Nuevo: Aventuras en Azul y Blanco". Primero, he de decir que la ENC me parece un proyecto increíble. Si no lo conoces voy a dejar la información en la parte de abajo. Básicamente, son personas que están trabajando para fundar lo que será la primera universidad de cerámica en México. Su principal finalidad es la de preservar la tradición de la cerámica mexicana por medio de bases artísticas, científicas, técnicas y éticas. Vaya, formar ceramistas en todo el sentido de la palabra. Mientras se construye, organizan cursos intensivos con ceramistas nacionales e internacionales y hacen proyectos para ayudar a comunidades rurales a explotar su producción de manera más eficiente para que logren una mejor calidad de vida. ¿Qué bonito, no?
En fin, esos dos meses volaron y conforme siguen pasando los días me voy haciendo más consciente de que este es mi primer gran paso en el camino a convertirme en lo que quiero ser. Se siente como el cliché de los discursos de la preparatoria en donde te dicen que ese es el primer día del resto de tu vida; como cuando a la señorita la presentan en la quinceañera 🙈 sólo que a mí ante la sociedad cerámica. Me inundan muchas preguntas, nervios, inseguridades, pero también curiosidad, emoción, ilusión y sobretodo, agradecimiento con todas aquellas personas que me han apoyado incondicionalmente y que, de una u otra forma, me han ayudado a hacer que las cosas sucedan. Tengo un muy buen presentimiento de esta experiencia y pienso sacarle todo el provecho que me sea posible.
Me imagino el pueblo, el clima serrano, los días pasando trabajando en el taller y 15 personas (alumnos) reunidas en torno a una pasión en común. ¿Seré la más joven? ¿Habrá alguien que apenas inicie como yo? ¿Cómo serán sus trabajos? ¿Conocerán a los artistas a los que admiro? ¿Cómo se enamoraron de la cerámica? Seguro que voy a aprender más de lo que pienso. Ahí adentro, no solo voy a tener a una maestra (y vaya maestra), a mis 14 colegas seguro también tendré mucho que aprenderles. ¡Creo que nunca había estado tan emocionada por ir a una escuela!
Hace unos días, Lupe me dijo algo que no me he podido sacar de la cabeza: "te va a cambiar la vida". Llámenme romántica o idealista, yo también lo creo y sobretodo, lo deseo. No por inconformidad con la realidad de hoy. De hecho, me siento muy feliz en general. En este momento estoy en un espacio muy tranquilo, bien iluminado, la tarde está nublada, huele a tierra húmeda, tengo música de fondo y un compañerito que vino a visitarme para ayudarme a escribir esto. Sino porque quiero emocionarme más, dejar de poner el freno, abrir la mente, aprender y disfrutar como nunca. Salir de mi ciudad como alguien que persigue el sueño y regresar como quien se dio cuenta que ya empezó a vivirlo. Quiero ir sin mecanismos de defensa, sin ponerme presiones o expectativas qué cumplir, sin miedo al ridículo; no pensar tanto las cosas y sólo seguir el instinto, dejarme inspirar. Esas dos semanas quiero ser una hoja en blanco, una niña descubriendo el mundo jugando con porcelana, pintándola de blanco y azul.
Independientemente de lo que pase voy con el corazón muy lleno, dispuesta a dar todo de mí. Trataré de estar documentando el proceso en este blog ("Diarios de Tapalpa" me suena a un buen nombre😊). No tanto del aprendizaje teórico sino de la vida y las cosas que vayan pasando por mi cabeza. La verdad es que muchas veces escribir me sirve de terapia y me ayuda a entenderme mejor. Por lo pronto, me quedo aquí con un post cortito pero muy sincero. Contando los días para subirme al avión y empezar esta aventura que sé que será la primera de muchas.
¡18 de agosto, ahí te voy!
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Escuela Nacional de Cerámica:
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